lunes, 16 de junio de 2014

Hoy la tarea prioritaria de la izquierda no es cambiar la forma de gobierno sino cambiar la forma de gobernar

La república es mucho más que todo el debate estéril y frívolo que ha tenido lugar, por parte de algunos, en los últimos días. El Partido Socialista no va a consentir y va a denunciar con claridad que salirse del orden constitucional es salirse a la nada. Sin orden constitucional no hay democracia. Los socialistas no estamos dispuestos a que se rompa el pacto constitucional y vamos a defender siempre lo que conseguimos como país. Sólo vamos a aceptar que se cambie lo que pactamos con el diálogo, el acuerdo, el entendimiento, para marcar una nueva hoja de ruta, un nuevo pacto, un nuevo contrato histórico y social con los españoles. Dentro del respeto al ordenamiento jurídico y constitucional.

Está claro que ni IU ni el PP están respetando el pacto constitucional, los primeros por querer cambiar las reglas del juego saltándose las normas y los segundos por llevarse por delante las libertades públicas y el Estado del Bienestar.

El debate no es monarquía o república. En estos momentos el debate es la defensa de las res pública, de lo público, de lo que hemos construido entre todos, lo que nos ha permitido llegar hasta aquí. 

La gran batalla hoy está en la defensa de la Constitución, de los derechos y libertades, y debemos blindarlos. Desde el respeto y el homenaje a los que murieron por la república, que merecen  que su legado democrático no se convierta en mercadería populista. Desde el recuerdo de los presos, de los represaliados, de los exiliados, a los que se les destrozó la vida por defender el orden constitucional. Desde la convicción de que su sacrificio no fue en balde y que la Constitución fue el mejor fruto de su entrega. Desde el compromiso con la democracia que hicimos posible renunciando a mucho, porque lo que ganaban España y los españoles era la libertad después de cuarenta años negros de dictadura y muerte. Pero sobre todo, desde el  compromiso con el duro presente de España y con su futuro.

Ese es el reto que tiene hoy la izquierda, su tarea prioritaria no es cambiar la forma de gobierno sino cambiar la forma de gobernar.

Por la libertad y la prosperidad de los españoles.
Hubo un tiempo, una guerra, en la que, mientras algunos se empeñaron en hacer la revolución, el enemigo nos robó la vida y el futuro a este país. Hoy libramos una gran batalla en defensa de la democracia y del bienestar de los españoles, de su futuro, y en esa batalla ni una distracción. Disciplina y mando único.

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