El sábado tuve ocasión de reunirme con alcaldes y secretarios generales socialistas de toda la provincia para analizar las medidas que se están poniendo en marcha desde el Gobierno central para afrontar la difícil situación económica que estamos atravesando. Y creo que fui contundente al afirmar algo de lo que estoy convencido: ésta es una crisis provocada por políticas de derecha que sólo podrá solucionarse desde políticas de izquierda.
Durante el mandato de Bush en Estados Unidos se ha abonado el terreno a las grandes bancas y financieras para ganar dinero fácil sin excesivo control y sin medir las consecuencias a largo plazo. En España la crisis encuentra además una peculiaridad en el sector de la construcción. Nos encontramos con las repercusiones de que durante los años de Gobierno del Partido Popular, lejos de desarrollar actuaciones que favorecieran la construcción de viviendas de promoción pública, se obviara la puesta en marcha de cualquier tipo de medida para frenar la burbuja inmobiliaria.
Frente a quienes propugnan el fin de las ideologías, momentos como éstos marcan aún más si cabe la confrontación ideológica, dejan al descubierto las grandes diferencias entre el PSOE y el PP en este país. El reflejo de este abismo entre los dos grandes partidos en España tiene su reflejo en los Presupuestos Generales del Estado elaborados en el marco de una crisis internacional. Se trata de un proyecto presupuestario que garantiza la cobertura social y la inversión pública, mientras prioriza la austeridad en el gasto en otros apartados. Esto lleva, por ejemplo, a incrementar las pensiones y las becas. Y es que el objetivo central del PSOE en esta situación está claro, evitar que los más débiles sufran de una manera indefensa las consecuencias de la crisis.
lunes, 29 de septiembre de 2008
miércoles, 17 de septiembre de 2008
ANTIPATRIOTAS
Es lamentable ver como el PP se adueña a menudo de los símbolos de todos y de todas (banderas, escudos, etc), en un intento desesperado por parecer más patriota que nadie, y en momentos en los que debería arrimar el hombro se limita a decir que todo va mal.
Parece que cuanto peor le vayan las cosas a este país, mejor le irá al Partido Popular. Hay muchos, demasiados ejemplos, de que los dirigentes del PP actúan de manera oportunista, aunque sepan que de ese modo no benefician la marcha de nuestro país.
En una situación económica global tan complicada, como la que vivimos en estos momentos, hay un aspecto fundamental que no debe perderse de vista. Cuantos más mensajes catastrofistas, más desconfianza en la ciudadanía, y cuanta menos confianza, más grave puede ser la situación. El uso del alarmismo por parte del PP es una muestra más de la irresponsabilidad con la que suele afrontar los temas de envergadura este partido.
La respuesta adecuada a una crisis desde los responsables públicos está lejos de ser una sucesión de declaraciones orientadas exclusivamente a desgastar al adversario. La respuesta está en la búsqueda de soluciones y en establecer las garantías para que todas las medidas necesarias para alcanzarlas se lleven a cabo.
Ya lo dije anteriormente, en mi opinión es el momento del diálogo social, del impulso de la inversión pública, tal y como se está haciendo desde el Gobierno central, la Junta y la Diputación Provincial, fundamentalmente. Es momento también de promover cuantas acciones podamos para incentivar el empleo.
Por cierto, precisamente para políticas de empleo eran los casi 2 millones de euros provenientes de fondos europeos que el alcalde del PP, Pedro Rodríguez, no ha pagado a los ayuntamientos beneficiarios de estos programas. Y sigue sin dar una explicación.
Parece que cuanto peor le vayan las cosas a este país, mejor le irá al Partido Popular. Hay muchos, demasiados ejemplos, de que los dirigentes del PP actúan de manera oportunista, aunque sepan que de ese modo no benefician la marcha de nuestro país.
En una situación económica global tan complicada, como la que vivimos en estos momentos, hay un aspecto fundamental que no debe perderse de vista. Cuantos más mensajes catastrofistas, más desconfianza en la ciudadanía, y cuanta menos confianza, más grave puede ser la situación. El uso del alarmismo por parte del PP es una muestra más de la irresponsabilidad con la que suele afrontar los temas de envergadura este partido.
La respuesta adecuada a una crisis desde los responsables públicos está lejos de ser una sucesión de declaraciones orientadas exclusivamente a desgastar al adversario. La respuesta está en la búsqueda de soluciones y en establecer las garantías para que todas las medidas necesarias para alcanzarlas se lleven a cabo.
Ya lo dije anteriormente, en mi opinión es el momento del diálogo social, del impulso de la inversión pública, tal y como se está haciendo desde el Gobierno central, la Junta y la Diputación Provincial, fundamentalmente. Es momento también de promover cuantas acciones podamos para incentivar el empleo.
Por cierto, precisamente para políticas de empleo eran los casi 2 millones de euros provenientes de fondos europeos que el alcalde del PP, Pedro Rodríguez, no ha pagado a los ayuntamientos beneficiarios de estos programas. Y sigue sin dar una explicación.
martes, 2 de septiembre de 2008
NUEVO CURSO POLÍTICO
Comienza un nuevo curso político que estará marcado por importantes proyectos para la provincia que han registrado destacados avances y seguirán haciéndolo en los próximos meses. Esta semana he iniciado junto a otros compañeros y compañeras una nueva ronda de contactos por toda la provincia, que inauguramos ayer en la Sierra, para recabar toda la información necesaria que permita impulsar estas actuaciones y priorizar otras que puedan resultar beneficiosas para los onubenses. Es un momento clave para realizar este trabajo, ya que las distintas administraciones están diseñando los presupuestos para el próximo año.
Los socialistas y las socialistas vamos a seguir trabajando muy duro, con o sin la colaboración de otras formaciones políticas, para que Huelva siga avanzando con paso firme, pese a la complicada situación económica generalizada que vivimos. El esfuerzo que se ha realizado previamente para fortalecer nuestra economía y garantizar su diversificación han situado a la provincia en mejores condiciones que otros territorios para afrontar una crisis. Es algo que se pone de manifiesto, por ejemplo, con la evolución interanual del empleo, pese al mal dato de agosto, un mes tradicionalmente negativo para el desempleo en nuestra provincia, por coincidir con el fin de campañas agrícolas.
Es momento para el diálogo social, para colaborar en la puesta en marcha de todas aquellas iniciativas que redunden de forma positiva en las economías familiares y que atiendan, sobre todo, las necesidades de los colectivos más afectados.
No es ni mucho menos momento de plantear recortes sociales que afecten a quienes necesitan la mejor protección, como podría ocurrir si el PP dirigiera los planes para combatir esta situación.
Lejos de realizar una oposición constructiva o de liderar soluciones como debería ocurrir en el caso de la ciudad de Huelva por parte del alcalde del PP, Pedro Rodríguez, el Partido Popular ha abandonado por momentos su retiro vacacional sólo para hacer demagogia. Que Rodríguez abandone su hamaca para lanzar mensajes superficiales y echar una vez más balones fuera hará reflexionar, seguro, a muchos y muchas de quienes le dieron su confianza.
La ciudad sigue sin tirar de la economía provincial, como sería de esperar. Mäs bien al revés, la provincia mantiene en general un comportamiento mucho más positivo, mientras la capital alberga el mayor número de parados, por encima de lo que sería razonable en función de su peso poblacional. El problema fundamental es que en los últimos años no se han puesto las bases en la ciudad de Huelva para estar preparados ante una situación complicada como ésta, al contrario de lo que se ha hecho en otras zonas. En cambio se ha acumulado una deuda casi insostenible que ha perjudicado gravemente de manera especial a las pequeñas y medianas empresas. 300 millones de euros permiten poca demagogia.
Los socialistas y las socialistas vamos a seguir trabajando muy duro, con o sin la colaboración de otras formaciones políticas, para que Huelva siga avanzando con paso firme, pese a la complicada situación económica generalizada que vivimos. El esfuerzo que se ha realizado previamente para fortalecer nuestra economía y garantizar su diversificación han situado a la provincia en mejores condiciones que otros territorios para afrontar una crisis. Es algo que se pone de manifiesto, por ejemplo, con la evolución interanual del empleo, pese al mal dato de agosto, un mes tradicionalmente negativo para el desempleo en nuestra provincia, por coincidir con el fin de campañas agrícolas.
Es momento para el diálogo social, para colaborar en la puesta en marcha de todas aquellas iniciativas que redunden de forma positiva en las economías familiares y que atiendan, sobre todo, las necesidades de los colectivos más afectados.
No es ni mucho menos momento de plantear recortes sociales que afecten a quienes necesitan la mejor protección, como podría ocurrir si el PP dirigiera los planes para combatir esta situación.
Lejos de realizar una oposición constructiva o de liderar soluciones como debería ocurrir en el caso de la ciudad de Huelva por parte del alcalde del PP, Pedro Rodríguez, el Partido Popular ha abandonado por momentos su retiro vacacional sólo para hacer demagogia. Que Rodríguez abandone su hamaca para lanzar mensajes superficiales y echar una vez más balones fuera hará reflexionar, seguro, a muchos y muchas de quienes le dieron su confianza.
La ciudad sigue sin tirar de la economía provincial, como sería de esperar. Mäs bien al revés, la provincia mantiene en general un comportamiento mucho más positivo, mientras la capital alberga el mayor número de parados, por encima de lo que sería razonable en función de su peso poblacional. El problema fundamental es que en los últimos años no se han puesto las bases en la ciudad de Huelva para estar preparados ante una situación complicada como ésta, al contrario de lo que se ha hecho en otras zonas. En cambio se ha acumulado una deuda casi insostenible que ha perjudicado gravemente de manera especial a las pequeñas y medianas empresas. 300 millones de euros permiten poca demagogia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)